lunes, 30 de julio de 2012

A 94 años de la Reforma Universitaria: El desafío de pensarla en clave de futuro.

Posteado el lunes, julio 30, 2012 0 Comentarios


“La historia de la cultura reformista es el testimonio de actores universitarios
que se propusieron mejorar la calidad académica conjuntamente con un “ethos democrático”, y crearon un nuevo estilo institucional.
Una posible respuesta a la crisis universitaria es reinventar la historia una vez más”.
Marcela Mollis.



Los jóvenes reformistas de 1918, en un mundo convulsionado por guerras y revoluciones, entendieron que era tiempo de construir libertades para toda Latinoamérica y que esto sería imposible si quienes detentaban el “poder del conocimiento” seguían siendo los que defendían la idea de un “mundo para pocos”.
Esta revolución impulsada por la juventud constituyó el hecho cultural más significativo del siglo XX en nuestro país y América Latina, puesto que construyó una nueva institucionalidad, un nuevo modo de organización para las Universidades, que sintetizaba sus tradicionales funciones (producción y difusión del saber) con las necesidades de la Nación Argentina en un contexto mundial que potenciaba la pertenencia a un proyecto libertario latinoamericano.
Los cambios en la estructura orgánica, al ejercitarse el cogobierno, permitieron una composición democrática en la dirección de las universidades con una fuerte participación estudiantil, y la autonomía, sinónimo de libertad para llevar adelante su obra creadora sin imposiciones ni limitaciones, abierta a todo pensamiento.
El proyecto reformista implicó una nueva cultura para las Universidades, en conjunto a los contenidos de la enseñanza, los fines de la institución y su vinculación con el entorno social. El hilo conductor de todas las transformaciones fue la democratización de los espacios del saber, esto es, tanto en lo referido a la producción como en cuanto a su difusión mediante la búsqueda de incluir a los sectores populares, trabajadores y clases medias al mundo universitario.
Actualmente, luego de los embates que ha sufrido la educación pública por parte de las políticas neoliberales, los principios reformistas no deben cristalizarse como una anécdota en nuestra historia, sino que deben ser aprehendidos en su dinamismo para liberar el potencial que ellos mismos implican.
Es imperioso abocarnos en la construcción de una Universidad que no deje por fuera a nadie, que contenga todos los saberes posibles a partir del reconocimiento de las diversas perspectivas de construcción y difusión de saberes. Si es que entendemos el proyecto reformista como libertario, no pueden nuestras instituciones ser herramientas de dominación y silencio de las poblaciones que constituyen el Pueblo Argentino.
Para tal fin, es importante generar una revolución de la participación estudiantil que reconstruya el movimiento universitario argentino, actualmente fraccionado y con escasa gravitación en la vida política. Los flagelos de nuestro presente nos exigen ponernos de pie y ELABORAR UNA ALTERNATIVA DE PAÍS Y DE UNIVERSIDAD A SU SERVICIO, que nos permita a l@s argentin@s y latinoamerican@s superar los grandes dolores que castigan a nuestros pueblos.

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